La toxina botulínica se usa para tratar la hiperactividad muscular por su capacidad para inhibir la exocitosis sináptica y desactivar la transmisión neuronal, lo que conlleva a un bloqueo neuromuscular y a una disminución del dolor.
Por otro lado, modula la liberación de diferentes neuropéptidos involucrados en la generación del dolor y también tiene efecto en el dolor neuropático periférico.
¿Cómo se aplica?
Son procedimientos mínimamente invasivos que se hacen en salas de cirugía (quirófanos) y son ambulatorios. Siempre se monitoriza al paciente (vigilancia de signos vitales).
Siempre guiados por imágenes.